Conversamos con el Dr. Christian Cobreros (MN 95.858), Director Médico del Instituto Urológico de Buenos Aires IUBA, Especialista Jerarquizado en Urología por la Sociedad Argentina de Urología y Miembro del Comité de Urodinamia de la International Continence Society. Nos explicó a que se debe la enuresis nocturna y cuales son los tratamientos más recomendados. 

  • ¿A partir de qué edad los niño/as pueden controlar la vejiga? 

La mayoría de los niños pueden controlar su vejiga durante el día y la noche a partir de los 4 años de edad. Pero el 10% de los niños de entre 6 a 7 años aún no pueden mantenerse secos, ya que tienen “accidentes” diurnos o nocturnos. Si un niño experimenta “moja la cama” durante el sueño después de los 7 años, merece ser valorado. Este cuadro recibe un nombre: enuresis nocturna.

  • ¿A que se debe este cuadro?

La enuresis nocturna se debe a una combinación de factores:

Antecedentes familiares (genética): Suele ser hereditaria y más una si ambos padres tuvieron el mismo problema de niños.

Capacidad de la vejiga más pequeña de lo esperado: Algunos niños con enuresis nocturna tienen vejigas que sólo pueden contener una pequeña cantidad de orina. Esta condición no permite al niño dormir toda la noche sin que se produzcan pérdidas.

Producir demasiada orina mientras duerme: Normalmente una hormona antidiurética que es la que regula la producción de orina de los riñones, un desbalance en la producción de la misma puede ser la causa de la enuresis nocturna.

Trastornos del sueño: Algunos niños tienen trastornos del sueño, como el sonambulismo o la apnea obstructiva del sueño. En este caso, una menor cantidad de oxígeno por una respiración deficiente hará que el corazón produzca “péptido natriurético auricular”, esta sustancia hará que los riñones produzcan más orina por la noche.

Estrés: Los niños que mojan la cama suelen temer ser descubiertos y burlados por sus amigos o hermanos, por eso tampoco quieren pasar la noche en casa de amigos. Hay muchos episodios ,que normales para un adulto, pueden ser muy estresantes para un niño: un nuevo hermano/a, comenzar a dormir solo, empezar un nuevo colegio, una crisis familiar, un accidente o traumatismo, etc.

  • ¿Cuáles son los tratamientos más recomendados?

Hay muchos tratamientos para la enuresis, algunos funcionan mejor que otros, y es tan amplio el campo de los mismos que la explicación de cada uno de ellos excede el propósito de este artículo, pero es muy útil tener algunos tips para poder ayudar a los pacientes afectados y a la familia:

HÁBITOS QUE CONVIENEN INCORPORAR:

Reducir la cantidad de líquidos que toma el niño 1-2 horas antes de acostarse (trate de crear un nuevo hábito de beber, que beba lo mínimo para saciar la sed en este horario).

Cambiar los hábitos de ir al baño (entrenamiento vesical).

Dispositivos de alarma para la enuresis (como ropas con alarmas que suenan al contacto con líquidos).

QUE ES LO QUE NO DEBE HACERSE:

  • Interrupción de la ingesta de alimentos y líquidos.
  • Despertares nocturnos, muchos padres colocan alarmas cada 2 horas para llevar al niño/a al baño ( eso genera mucho stress para el niño y los padres).
  • Ejercicios para los músculos pélvicos (no sino están guiados y dirigidos por una kinesióloga especialista en piso pélvico)

CONSEJOS PARA EL ÉXITO:

Elija entre 3 y 4 meses cuando se pueda hacer una rutina sencilla en casa para el tratamiento.

  • Acuerde con el niño la fecha de inicio de la terapia, él debe estar de acuerdo y querer participar.
  • Realice algunos ejercicios con la alarma durante el día para que el niño sepa qué esperar y qué hacer. (entrenamiento vesical).
  • Mantenga un calendario en la habitación del niño para controlar sus progresos.
  • No castigue a su hijo por los “accidentes”, no los haga públicos, pero tampoco los convierta en un tabú. El castigo es siempre contraproducente. En su lugar, ofrezca recompensas por cooperar con la terapia y completar las tareas.

Igualmente conviene realizar cualquier terapia consultando previamente con el medico profesional. La enuresis nocturna es una condición muy frecuente que requiere un abordaje muchas veces multidisciplinario y que tiene solución.