La importancia de la rutina y el cuidado de la piel desde etapas tempranas, nos permite espectaculares resultados a futuro

Por: Julieta Torrano

La piel es un órgano metabólicamente activo. Para mantener la elasticidad, firmeza y humedad adecuada se recomienda el uso de diferentes productos que le brinden una mayor proporción de nutrientes y principios hidratantes, entre otros componentes, para mantener la piel con un aspecto suave y lozano.

Es importante siempre consultar con un profesional idóneo la rutina específica para cada piel y la hoja de ruta con tratamientos a seguir, para que los resultados se potencien. Cada piel es un mundo, es única y hay que tratarla como tal. Cada rutina se arma acorde al biotipo y fototipo cutáneo, edad, necesidades específicas de la piel y actividades diarias. El producto que utilicemos no es únicamente la etiqueta o la marca, es el vehículo, la concentración, los principios activos y la formulación adecuada.

4 pasos para comenzar con tu rutina:

– Higiene: se recomienda lavar el rostro dos veces al día, por la mañana y por la noche, con suaves masajes y retirar con agua. Así, mantenemos nuestra piel libre de suciedad, contaminantes y excesos de oleosidad, productos o maquillaje. Recomendamos productos gentiles y no abrasivos.

– Antioxidante: previene el envejecimiento, protege la piel del medio externo, aporta luminosidad y firmeza, tiene acción fotoprotectora, entre otras cosas. Ej: Vitamina C, Niacinamida, Vitamina E, etc.

– Hidratante: repone agua y lípidos, manteniendo la función de barrera de la piel. Aporta suavidad y radiancia. En el mercado existen muchos vehículos y texturas, desde cremas, geles, emulsiones, leches, etc, por lo que es fundamental conocer el biotipo cutáneo y necesidades de cada piel, para seleccionar el más adecuado.

– Protección solar: el protector solar es esencial en tu rutina, es el producto antiage por excelencia. No importa que no te expongas a los rayos solares, que esté nublado o llueva, ya que la radiación y luz azul (la que emiten las computadoras, celulares, etc.) también pueden dañarte. La protección debe ser completa: UVA/UVB, luz visible, FPS 50+, utilizar la cantidad adecuada y reaplicar cada 2 horas.

Claro está, que cada rutina es personalizada y puede variar la cantidad de productos utilizados acorde a la necesidad. Pero como cuidado básico estos pasos no pueden faltarte.